La Gran Coalición, la mejor opción.

Después del debate de investidura de ayer, el Partido Popular está alternando su mensaje de rotundo a no Pedro Sánchez con los beneficios de la gran coalición. Quizás sorprenda lo que voy a decir ahora, pero este acuerdo, sería bueno para nuestro país.

Personalmente, prefiero nuevas elecciones. Unas nuevas elecciones son una nueva oportunidad para que las izquierdas hagamos las cosas mejor, para que podamos confluir de verdad, desde la base. El frenetismo de las últimas campañas, municipales, autonómicas y generales, la reticencia de la vieja política a desaparecer, y la rapidez con que los defensores de la nueva política se han convertido en defensores de la vieja, ha hecho que la confluencia de izquierdas en las últimas generales, allí donde se haya dado, no haya sido todo lo satisfactoria que nos esperábamos. No se ha democratizado la confección de las listas, ni se ha abierto a debate la construcción de la propia confluencia, y la participación y el debate de construcción de los programas electorales no ha sido suficiente. 

Unas nuevas elecciones nos darían la oportunidad de aprender de nuestros errores, y de hacer las cosas mejor, de crear una verdadera confluencia de izquierdas, desde las bases de los diferentes actores, con tiempo de conocernos y ganarnos la confianza unos a otros, y con un verdadero debate abierto sobre cómo se debe construir.

Sin embargo, creo que unas nuevas elecciones, no son la mejor opción para nuestro país, la gran coalición es la solución a nuestros problemas. La gran coalición aportaría al gobierno la estabilidad de la prima de riesgo, y la continuidad de nuestro estado democrático, y de nuestro sistema socio-económico, y todo eso, es positivo para nuestro país.

Calma, me explicaré mejor. La gran coalición significaría para nuestro país la continuidad de las políticas económicas impuestas por la Troika. Eso, no conllevaría el enfado de los mercados que haría disparar la prima de riesgo, y no haría peligrar la estabilidad presupuestaria de nuestro país. Por el contrario, significará continuar con la línea de recortes y privatizaciones que se inició con el giro neoliberal del PSOE, y los sucesivos gobiernos de alternancia PP/PSOE hasta día de hoy. Significaría continuar recortando nuestras pensiones, nuestra educación, nuestra sanidad, nuestra protección social. Significaría abaratar nuestros derechos laborales, y continuidad en el desarrollo de un modelo económico basado en el neoliberalismo, la globalización, el capitalismo salvaje, y la sobrexplotación del medio ambiente. Significaría seguir permitiendo que los grandes capitales monopolicen los sectores estratégicos, como el agua y la energía. Y todo ello lo significaría hacerlo a costa del empobrecimiento de las familias, y la merma de nuestros derechos.

Y esto, es positivo para nuestro país. A pesar del sufrimiento que generará. 

Lo es porque vivimos en una sociedad dormida. Pese a los grandes escándalos de corrupción del Partido Popular, este ha sido la fuerza más votada. Pese a las políticas de derechas aplicadas por el PSOE, aún mucha gente lo sigue considerando de izquierdas. Pese al neoliberalismo descarado de Ciudadanos, mucha gente lo considera un partido de centro-izquierda. Nos han dado muchos palos mientras dormimos, pero, aún no hemos abierto los ojos. Ese es nuestro problema.

Pero, la gran coalición, quizás sea el golpe final que nuestra sociedad necesita para despertarse de golpe. Quizás la gran evidencia de que el Partido Popular, el Partido Socialista y Ciudadanos son la marioneta que manejan los grandes capitales, las grandes fortunas, para vendernos su democracia secuestrada como un placebo, para que creamos que somos libres. Quizás la gran coalición sea la evidencia que nos demuestre por fin que no vivimos en democracia, sino que vivimos bajo la dictadura del capital. Quizás tanto neoliberalismo, tanta rebaja de derechos, tanta destrucción de nuestro entorno, haga que nos despertemos, que abramos los ojos, y veamos lo que nos rodea, y quizás, esa imagen haga que hagamos algo más que despertarnos, quizás haga que nos levantemos, a poder ser, con el pie izquierdo.